El suicidio es la tercera causa de muerte en los jóvenes

El suicidio es un tema de salud pública el cual ha tomado relevancia luego de la pandemia del covid-19. Ese aislamiento prolongado sin poder relacionarse con otras personas afecto tanto a jóvenes como adultos.

Es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas. Las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la región, seguidas por las de 70 años o más, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. Cada año, más de 703 mil  personas deciden terminar con su vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos.

El doctor Dr. Renato Oliveira, Jefe de Unidad, Salud Mental y Uso de Sustancias de la Organización Panamericana de la Salud, señaló que las autolesiones son la tercera causa de mortalidad en hombres y mujeres de 15 a 19 años en las Américas.

Sostiene que los adolescentes que no cuentan una buena salud mental tienen un logro educativo mucho menor, tienen más ausencias escolares, mayor discriminación o hasta abusos. Esto aumenta la probabilidad de muertes prematuras por suicidio o por violencia. La mala salud mental entre los adolescentes también lleva a trastornos de depresión, ansiedad o conductuales.

Oliveira recomienda fortalecer las relaciones saludables entre las familias, en las escuelas y entre los amigos porque esto ayuda a promover una buena salud mental

Por su parte, la doctora Sonja Cafee, asesora regional salud adolescente de la Organización Panamericana de la Salud, sostuvo que en el caso de los adolescentes, el impacto de la pandemia en su desarrollo trajo como consecuencia la interrupción de procesos esenciales de desarrollo, reducción de la disponibilidad de servicios de salud y padecer de long covid.

Durante el seminario web Día Mundial de Prevención del Suicidio – ¿Qué sabemos sobre el impacto del suicidio en adolescentes en las Américas? la especialista explicó que el impacto del confinamiento y estrés crónico durante la adolescencia puede tener efectos sustanciales y potencialmente a largo plazo sobre la neuroquímica, el desarrollo estructural del cerebro y la salud mental.

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