En los últimos años, se están investigando nuevos enfoques no invasivos que aplican la inteligencia artificial (IA) con el objetivo de automatizar la selección embrionaria. Y es que esta selección del embrión a transferir supone un punto de inflexión en los tratamientos reproductivos, ya que influye de manera importante en el resultado de la implantación y posterior desarrollo hasta conseguir un embarazo a término.
Son varios los parámetros que pueden analizarse para la selección embrionaria, y muchos los factores que pueden influir en esta elección. En concreto, el estudio “Predicting fetal heartbeat in vitrified blastocysts through artificial intelligence analysis of post-warming images and videos”, liderado por IVI Valencia y presentado en el 40º Congreso ESHRE en Ámsterdam, analiza la expansión de los embriones tras su desvitrificación como factor predictivo de la viabilidad embrionaria.
“Hemos estudiado 800 blastocistos vitrificados en un incubador time-lapse durante el periodo entre la desvitrificación y la transferencia, analizando los vídeos e imágenes obtenidas durante sus primeras 4 horas de desarrollo. De esta manera, hemos podido comprobar que aproximadamente el 60% de los embriones se expanden tras descongelar. Y de ellos, aquellos que presentan la expansión en los primeros minutos tras su descongelación suelen asociarse con mejores resultados tras su transferencia”, comenta el doctor Marcos Meseguer, supervisor científico de IVI y autor del estudio.
Sin embargo, algunos embriones se expanden un poco más tarde, poco antes de transferirse. Estos presentan dos tipos de expansión: unas más leves, y otras fuertes.
“Cuando el embrión se expande de manera tardía y levemente, hemos visto que las posibilidades de embarazo disminuyen un 5%. Pero si la expansión es fuerte, sus posibilidades de dar lugar a un embarazo disminuyen más de un 15%. En definitiva, la expansión embrionaria tiene un impacto negativo en el proceso de implantación, puesto que compromete la viabilidad del embrión”, añade el Dr. Meseguer.
Se trata de un estudio pionero que va un paso más allá en el análisis del embrión y su vuelta a la vida mediante el sistema time-lapse. Además, ofrece información novedosa y relevante para la identificación de parámetros específicos que permitan crear un programa fiable y robusto de selección de embriones desvitrificados.
“A lo largo de los últimos años, se ha consolidado la vitrificación como técnica ‘gold-standard’ para la criopreservación de embriones en cualquier centro de reproducción asistida, lo cual ha impulsado la necesidad de desarrollar unos criterios de selección más precisos y óptimos para la transferencia de blastocistos vitrificados. Así, los resultados de este estudio sugieren que la combinación de variables morfocinéticas y proteómicas, junto con la evaluación morfológica convencional, puede mejorar significativamente la predicción de resultados de transferencia de embriones desvitrificados”, concluye el Dr. Meseguer.