El Fondo Monetario Internacional (FMI), presentó ayer el reporte “Perspectivas de la economía”, donde estiman que la economía mundial crecerá este año un 2,8%, y prevé un crecimiento de 3% en el 2024. Sobre la inflación mundial señalan se situará en 7% este año y 4,9% en 2024.
Pierre-Olivier Gourinchas, economista del FMI, sostiene que “la inflación es mucho más rígida de lo que se preveía incluso hace unos pocos meses. Si bien la inflación mundial ha disminuido, esto se debe principalmente al marcado retroceso en los precios de la energía y los alimentos. Pero la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, todavía no ha alcanzado su máximo en muchos países. Prevemos que la inflación subyacente de diciembre a diciembre se desacelere a 5,1% este año, una considerable revisión al alza de 0,6 puntos porcentuales respecto a nuestra actualización de enero, muy por encima del nivel fijado como meta”.
Gourinchas considera que el sistema financiero podría verse sometido a prueba una vez más. “El nerviosismo entre los inversionistas suele llevarlos a buscar el siguiente eslabón más débil, como hicieron con Crédit Suisse, un banco europeo de importancia sistémica mundial que atravesaba dificultades. El próximo eslabón podrían ser las instituciones financieras con exposición excesiva al apalancamiento, al riesgo de crédito o a las tasas de interés, con demasiada dependencia del financiamiento a corto plazo, o las situadas en jurisdicciones en las que el espacio fiscal es limitado. También podrían serlo los países cuyos fundamentos económicos se perciben como más débiles”.
“La estabilidad de cualquier sistema financiero depende de su capacidad para absorber pérdidas sin recurrir al dinero de los contribuyentes. La breve inestabilidad en el mercado de bonos del Reino Unido del pasado otoño y la reciente turbulencia bancaria en Estados Unidos ponen de relieve que existen vulnerabilidades importantes tanto entre los bancos como entre los intermediarios financieros no bancarios”, añadió el especialista.