En una nueva serie de tres artículos publicados en la revista The Lancet (en inglés) se explica que las estrategias publicitarias empleadas por las empresas que fabrican preparaciones para lactantes son abusivas y que es necesario adoptar medidas urgentes para combatir sus injerencias políticas y la información engañosa que difunden. Según se concluye en estos artículos, las empresas tratan de ejercer influencia para que no se apliquen medidas vitales de apoyo a la lactancia materna, afectando así gravemente a la salud y los derechos de las mujeres y los niños, según la serie de documentos.
El doctor Nigel Rollins, científico de la OMS y autor de un artículo sobre la comercialización de preparaciones para lactantes, ha señalado: “Esta nueva investigación pone de manifiesto el enorme poder económico y político de las grandes empresas de preparaciones para lactantes, así como las graves deficiencias de las políticas públicas que impiden que millones de mujeres amamanten a sus niños. Hay que tomar medidas en distintos ámbitos de la sociedad para ayudar a las madres a amamantar a sus hijos durante todo el tiempo que deseen, además de atajar de una vez por todas la comercialización abusiva de preparaciones para lactantes”.
La lactancia materna proporciona enormes beneficios a los lactantes y los niños pequeños que no se pueden obtener de otra manera. La leche de la madre ayuda a que los niños sobrevivan y desarrollen todo su potencial, les aporta nutrientes importantes, reduce el riesgo de infección y disminuye las tasas de obesidad y enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida. Sin embargo, las recomendaciones de la OMS muestran que solo la mitad de los recién nacidos empiezan a ser amamantados en la primera hora de vida y que menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente con leche materna.
Habida cuenta de la importante contribución de la lactancia materna a la salud humana, la serie The Lancet recomienda que los sistemas de atención sociosanitaria la respalden más, por ejemplo, concediendo bajas de maternidad suficientemente remuneradas. Los artículos informan de que cerca de 650 millones de mujeres no gozan de una protección adecuada de la maternidad. Los reclamos comerciales engañosos y la presión estratégica de las industrias láctea y de preparaciones para lactantes se suman a los escollos a los que se enfrentan los progenitores y aumentan la ansiedad en torno a la lactancia materna y el cuidado del bebé.
Un manual de prácticas publicitarias abusivas
Tras la publicación por el Grupo Nestlé del informe de investigación The Baby Killer sobre la comercialización de preparaciones para lactantes en países de ingresos medianos y bajos en la década de 1970, la Asamblea Mundial de la Salud publicó el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna en 1981 y, posteriormente, adoptó varias resoluciones sobre el tema. Sin embargo, hoy en día se continúan comercializando sin freno un gran número de preparaciones para lactantes, cuyas ventas se acercan ya a los US 55 000 millones anuales.
El primer artículo de la serie explica cómo las empresas utilizan argumentos comerciales engañosos para aprovecharse directamente de las preocupaciones de los padres sobre el comportamiento normal de los bebés y sugieren, por ejemplo, que los productos lácteos que venden reducen la irritabilidad o el llanto, alivian los cólicos o prolongan el sueño nocturno. Los autores de los artículos señalan que, cuando las madres reciben el apoyo adecuado, estos problemas de crianza pueden resolverse satisfactoriamente mediante la lactancia materna exclusiva.
La doctora Linda Richter, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), explica: “Las empresas que fabrican preparaciones para lactantes utilizan datos científicos poco rigurosos para sugerir, con escasas pruebas, que sus productos solucionan problemas frecuentes relacionados con la salud y el desarrollo en estas edades. Esta técnica de marketing infringe claramente el Código de 1981, que establece que el etiquetado no debe idealizar la utilización de las preparaciones para lactantes para vender más productos”.
La serie de artículos explica el modo en que la comercialización de preparaciones para lactantes se aprovecha de la falta de apoyo gubernamental y social a la lactancia materna, a la vez que utiliza indebidamente las políticas de género para vender sus productos. Por ejemplo, tacha de moralista la defensa de la lactancia materna y presenta sus productos como una solución práctica para las madres trabajadoras.
Los documentos llaman también la atención sobre el poder de estas empresas, su influencia en las decisiones políticas de los países y su capacidad para obstaculizar los procesos normativos internacionales. En concreto, las industrias láctea y de preparaciones para lactantes han creado una red de asociaciones comerciales y grupos de cabildeo que no rinden cuentas y que ejercen presión contra las medidas políticas de protección de la lactancia materna o de control de la calidad de dichas preparaciones.
Es necesario introducir cambios en toda la sociedad
Los autores sostienen que, además de poner fin a las estrategias de comercialización abusivas y a la injerencia de las empresas, hay que aplicar medidas más amplias en los lugares de trabajo, los servicios de salud, los gobiernos y las comunidades para ayudar en la práctica a las mujeres que desean dar el pecho, de modo que se convierta en una responsabilidad colectiva de la sociedad y no solo de las madres.
En concreto, los artículos señalan que la legislación ha de proteger con urgencia a las madres, por ejemplo, concediendo bajas remuneradas por maternidad equivalentes, como mínimo, a los seis meses recomendados por la OMS para la lactancia materna exclusiva. Del mismo modo, deben ofrecerse medidas de protección de la maternidad a los millones de mujeres que trabajan en el sector no estructurado y que actualmente no reciben estas prestaciones.
Más allá de la baja por maternidad, los autores piden también que se reconozca oficialmente la contribución al desarrollo nacional que hacen las mujeres que prestan atención no remunerada. Según los cálculos, las mujeres prestan las tres cuartas partes de los cuidados familiares no retribuidos en todo el mundo, es decir, más del triple que los hombres. En consecuencia, algunas estimaciones indican que aportan aproximadamente una ternera parte del producto interior bruto de los países.
El doctor Rafael Pérez-Escamilla, de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Yale, explica: “Dados los importantes beneficios de la lactancia materna para las familias y para el desarrollo nacional, es preciso ayudar mucho más a las mujeres que desean amamantar a sus hijos para que alcancen sus objetivos de lactancia. Hay que ampliar considerablemente la formación en lactancia materna de los profesionales de la salud e implantar legalmente los permisos de maternidad retribuidos y otras prestaciones”.
Según los artículos, es imprescindible ampliar la formación del personal de salud sobre la lactancia materna para que pueda asesorar a los progenitores antes y después del parto.