La depresión no conoce edad, clase social o momento específico. Quienes la padecen tienen miedo a ser rechazados tanto por familiares o amigos.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que regularmente afecta la vida cotidiana de las personas, incapacitándola para desempeñarla. Se diferencia de la tristeza porque es una emoción básica y necesaria que sienten todos los seres humanos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 280 millones de personas en el mundo tienen depresión y en el peor de los casos puede llevar al suicidio.
Stephanie Smith, psicóloga clínica explica existe el riesgo genético de padecer de depresión especialmente si están en la primera línea de consanguineidad. Pero factores sociales como por ejemplo la pérdida de un ser querido, un trabajo, maltrato, abuso sexual pueden generar cuadros depresivos.
Smith hace énfasis en que se requiere de mucha observación para lograr identificar que algo ha cambiado en la conducta de la persona. Dejar de bañarse, cepillarse los dientes, salir de la cama, aislarse, estar irritado, comer en exceso o no comer son señales de que la persona requiere ayuda.
De acuerdo con la especialista cuando la persona está atravesando por un cuadro depresivo no es la primera en saberlo, sino las personas de su entorno sean papá, mamá, hermano o esposo.
A las personas que la padecen les cuesta pedir ayuda y resulta frecuente que al momento de hacerlo no encuentre apoyo en su entorno. “La invalidación emocional es como una puerta a que yo me siga sintiendo así y piensen que estoy loca, que soy una inútil y esos pensamientos pueden ser peores”, añade Smith.
Señala la especialista que cuando la persona que atraviesa por depresión pide apoyo, es importante hacer una pausa y preguntar qué tipo de ayuda requiere y en caso de ser menor de edad los padres deben ponerse en acción.
El acompañamiento, la empatía y la validez emocional son fundamentales durante esta transición. “Nos da miedo decir algo equivocado y lo mejor es hablarle como si no estuviese deprimida, que no se sienta enferma. La depresión va a pasar.”
En cuanto al tratamiento, Smith indica que muchas veces se requiere una parte farmacológica que la maneja un psiquiatra, pues la depresión es un desbalance químico y va a depender de muchas aspectos para hacerle frente y recuperarse.
La especialista recomienda:
- Pedir ayuda, la vida de las personas es valiosa.
- Observar y hacer pausa para ver a quienes están a nuestro alrededor.
- Evaluar nuestras propias emociones, hacia donde se están dirigiendo.
- Pedirle a alguien de confianza que nos ayude.
- Practicar la paciencia en este proceso, pues los ritmos de recuperación no son iguales.
- Tener empatía.