Asociarse en cooperativas permite que muchos con un objetivo en común, unan esfuerzos y logren alcanzar la meta que en algún momento se trazaron trabajando de manera individual.
En América Latina y el Caribe se identifican 28 mil cooperativas agropecuarias o rurales, donde se agrupan más de 6 millones de asociados, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En Panamá un caso de éxito es la Cooperativa de Producción del Istmo, R.L. (COOPROISTMO, R.L.), conformada por 256 productores de tubérculos y 32 de arroz en el área de Panamá Este, donde un 25% son mujeres.
Franklin Barría, presidente de la cooperativa cuenta que la idea de asociarse surgió durante la pandemia luego de que algunos productores de arroz decidieran diversificarse y explorar la posibilidad de iniciar la siembra de jengibre que en la actualidad se cosecha en la zona de la cordillera del Maje del Bayano hacia arriba.
Es así como inician las investigaciones para conocer cuántos productores había en ese rubro y la cantidad de hectáreas a sembrar. Durante ese proceso identificaron que el mercado local no es atractivo para vender grandes volúmenes de jengibre pues cada hectárea produce un promedio de 500 a 600 quintales. Es entonces cuando deciden mirar hacia el mercado extranjero.
Una vez organizados, indica Barría, inician los primeros estudios y asesorías con cooperativas en Perú quienes exportan jengibre a mercados de Europa.
Luego de todo el análisis económico establecen el primer contacto con una cadena de supermercado en Miami, Estados Unidos y logran enviar el primer contenedor con 435 quintales de jengibre, empacados de acuerdo a los normas ISO que exige el mercado.
Ese primer envío abrió la posibilidad de continuar supliendo el mercado. Para ello la cooperativa se prepara realizando junto al Ministerio de Desarrollo Agropecuario estudios más precisos para conocer cuánto es la demanda que tiene el mercado. Esperan reunirse nuevamente en el mes de diciembre cuando el supermercado culmine el acuerdo que ya tiene con otro proveedor.
De acuerdo con Barría, el estudio de factibilidad señala que se beneficiarán un promedio de 5 mil familias del área entre trabajo directo, indirecto, mano de obra, de concretarse el negocio en Estados Unidos.
“Nosotros queremos mejorarle el precio a los productores. La ventaja de esto es que la comercialización del jengibre es entre el productor y el mercado no hay intermediarios”, sostiene Barría.
Con gran entusiasmo la Cooperativa de Producción del Istmo, R.L. mira hacia Europa, han recibido llamadas de Francia y Alemania mostrando interés en el jengibre.
Una buena noticia es que continúan diversificándose e incursionan en la siembra de cúrcuma, oteo y ñame.