Las mujeres poseen casi una cuarta parte de las empresas emprendedoras y pymes de la región

Una tarea pendiente en los países de América Latina y el Caribe es lograr que más mujeres tengan acceso al crédito y a productos financieros que se ajusten a sus necesidades.

Las mujeres poseen casi una cuarta parte de las empresas emprendedoras y de las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la región, lo que las convierte en un segmento comercial interesante.

Un estudio de BID Invest y ConsumerCentriX titulado: “Mujeres Empresarias en Ascenso: Un estudio sobre el creciente poder financiero del mercado femenino en América Latina y el Caribe y lo que esto significa para las instituciones financieras”, muestra que las instituciones financieras de la región podrían estar perdiendo millones de dólares por no priorizar el mercado femenino y los productos financieros específicos para atenderlas.  

El análisis recoge datos financieros de más de 240 instituciones de países como Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, la República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Paraguay y Perú. En cada país se seleccionó una muestra representativa que abarca diferentes tipos de instituciones financieras, incluidos bancos, fintechs, bancos de desarrollo, cooperativas e instituciones microfinancieras, destaca el domcumento.

Existen avances significativos en la reducción de las brechas en la inclusión financiera de las mujeres en los países analizados. En general, las mujeres representan casi el 50% de la base de clientes de las instituciones financieras en los 13 países que conforman la muestra del estudio, resaltan sus autores.

El estudio reafirma que las mujeres son buenas clientes, tanto para la banca de personas como para banca de empresas, sus carteras experimentan mayores tasas de crecimiento y son usuarias activas de servicios no financieros, lo que fomenta la fidelidad, favorece un mayor uso de los productos financieros y permite la venta cruzada de otros productos.  Además, las mujeres pagan sus préstamos en menos tiempo que los hombres. 

Según el documento, en promedio, el 41% de las instituciones financieras encuestadas consideran a las mujeres un elemento clave de su estrategia.

Pero descuidar este mercado tiene un costo de oportunidad. En solo cinco años más, las mujeres controlarán el 75% del gasto discrecional en todo el mundo.

De acuerdo con el documento, la mayoría de las instituciones financieras de los países analizados (el 77%) afirman que tienen una estrategia en marcha destinada al mercado de la mujer o que están considerando desarrollar.

Otro dato de valor es que solo alrededor de un tercio de los bancos comerciales de los países encuestados cuentan actualmente con una estrategia de mercado para la mujer, aunque un 40% adicional afirman que están considerando desarrollarla. De los bancos con productos destinados a mujeres, la mayoría los consideran un aspecto de responsabilidad social corporativa (RSC) o de sus iniciativas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), más que una oportunidad de crecimiento. Para las instituciones microfinancieras, los bancos de desarrollo y las cooperativas, las propuestas para el mercado de la mujer son, en gran medida, resultados de sus misiones sociales y de desarrollo; mientras que el sector fintech considera más que otros sectores, el potencial del mercado de la mujer como una forma de aumentar su base de clientes.

La mayoría de las instituciones financieras encuestadas consideran que el mercado de la mujer es un segmento de clientes relevante. Alrededor de un tercio de los bancos (32%), las fintechs (30%), los bancos de desarrollo (33%) y las cooperativas (38%) afirman que hoy en día las mujeres son esenciales en su estrategia, mientras que el 71% de las instituciones microfinancieras (cuyos clientes son principalmente mujeres) indican que ellas son fundamentales para su estrategia.

El camino a seguir para ser más inclusivos

Analizados los datos, los autores del estudio plantean recomendaciones para que más mujeres tengan acceso a financiamiento. Algunas de ellas son:

– Reconocer el caso de negocio de atender al mercado de la mujer, incluido un mejor reembolso de préstamos; una fuente significativa de depósitos, tanto por volumen como por valor; altas tasas de crecimiento del portafolio; y un uso activo de servicios no financieros.

– Invertir en entender el mercado de la mujer mediante estudios continuos, midiendo los progresos y revisando los enfoques en función de los hallazgos, y desarrollando estrategias de mercado específicas dirigidas a varios segmentos del mercado de la mujer, incluidas las MIPYME Mujer.

– Establecer una definición estándar de MIPYME Mujer para permitir una evaluación de mercado más precisa, unos conocimientos más sofisticados de las necesidades de este segmento, productos y servicios más personalizados y un benchmarking competitivo.

– Conseguir una alineación interna en torno al segmento de la mujer, por ejemplo, obteniendo la aceptación de los líderes sénior, creando un equipo y/o comité específico para el mercado de la mujer, diseñando e implementando estrategias internas de formación y de comunicación en materia de género, y colaborando con los actores de la institución.

– Usar datos desagregados por sexo para la toma de decisiones y la gestión del rendimiento, lo que puede ayudar a informar sobre la gestión de riesgos, a hacer un seguimiento de los avances hacia los objetivos y a conocer mejor los comportamientos de los clientes.

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