Cifras relativas al hambre en el mundo para 2022 se situaron entre 691 y 783 millones de personas

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), presentó el informe titulado: “Seguimiento de los progresos relativos a los indicadores de los ODS relacionados con la alimentación y la agricultura 2023”, con resultados que llaman a una acción inmediata.

Para el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionado al Fin de la Pobreza, el informe señala que la recuperación de la pandemia ha sido lenta y desigual, ya que el mundo se enfrenta actualmente a múltiples riesgos geopolíticos, socioeconómicos y climáticos. Si se mantienen las tendencias actuales, 575 millones de personas (casi el 7 % de la población mundial) seguirán viviendo en la extrema pobreza en 2030. En 2021, 53 países registraron pérdidas económicas directas por valor de 113.500 millones de dólares debido a los desastres, cuya frecuencia e intensidad se están convirtiendo en la nueva normalidad.

Al analizar el ODS Hambre Cero, los autores indican que el fuerte aumento del número de personas que padecen hambre e inseguridad alimentaria desde la pandemia aún no se ha reducido a los niveles anteriores a la misma. Los últimos datos sugieren que entre 691 y 783 millones de personas padecieron hambre en 2022. El aumento del número de personas subalimentadas en el mundo desde 2015 ha mermado prácticamente todos los progresos que se habían logrado durante el decenio anterior, devolviendo al mundo al nivel de hambre de 2005.

Otro dato es que la inseguridad alimentaria aumentó de forma significativa, pasando del 25,3 % de la población mundial en 2019 al 29,6 % en 2022. Si bien la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave a nivel mundial mostró un descenso marginal del 11,7 % en 2021 al 11,3 % en 2022, sigue estando muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia, lo que equivale a 180 millones de personas más, en comparación con 2019.

Otros datos de interés

De acuerdo con el informe, en 2022, el 6,8 % de los niños menores de cinco años padecía emaciación (bajo peso para su altura), mientras que la prevalencia de niños con sobrepeso, determinada en un 5,6 %, se ha estancado en el último decenio, lo que exige mayores esfuerzos para alcanzar la meta de 2030. Del mismo modo, la prevalencia de la anemia en las mujeres —un factor de riesgo en cuanto a resultados maternos y perinatales adversos— no ha mejorado entre 2015 y 2019, último año en que se disponía de datos.

En cuanto a los indicadores que miden la dimensión medioambiental de la alimentación y la agricultura, señala el informe que los progresos siguen siendo lentos y desiguales en las distintas regiones geográficas.

Las poblaciones mundiales de peces están amenazadas por la sobrepesca, la contaminación, la mala gestión y otros factores, incluida la pesca ilegal, con más de un tercio (35,4 %) de las poblaciones mundiales sobreexplotadas en 2019.

Las pérdidas agrícolas atribuidas directamente a los desastres naturales, que están aumentando tanto en frecuencia como en intensidad, ascendieron a 19,300 millones de dólares en 2021, según datos de 22 países. El porcentaje de alimentos que se pierden tras la cosecha en la explotación agrícola y en las etapas de transporte, almacenamiento, venta al por mayor y elaboración se estima en un 13,2 % a nivel mundial en 2021, frente al 13 % de 2016.

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