Según datos de la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (AMPYME), las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) representan el 90% de las empresas del país y generan el 60% de los empleos.
En los últimos tres años, este sector ha tenido que diversificarse para mantener su rentabilidad, invertir en la transición digital y adoptar herramientas que mejoren su productividad. Muchas de estas empresas han enfrentado desafíos financieros y de gestión para lograr consolidarse, mientras que otras han tenido que replantear por completo sus estrategias.
Con el objetivo de contribuir al fortalecimiento de este sector, Giovanna Cardellicchio, Gerente General de APC Intelidat an Experian Company brinda seis recomendaciones para que las Mipymes puedan establecer bases sólidas desde el inicio:
Investigar antes de crear un emprendimiento: el primer paso para crear una empresa es conocer el sector, indagar lo que hace la competencia, conocer cuál es la necesidad del cliente. Todos estos elementos permitirán perfilar mucho mejor la idea de negocio para ofrecer un producto o servicio que agregue valor al consumidor final.
Planificar objetivos: una vez se tenga claridad sobre lo que se quiere ofrecer al mercado, hay que definir las metas y el tiempo para cumplirlas. En ese sentido, se recomienda definir objetivos concretos y que sean alcanzables para que, de esa manera, aún con los desafíos que puedan presentarse, sea menos complejo enfocar los esfuerzos para responder a los propósitos planteados. Hay que tener en cuenta que dichas metas deben estar alineadas con el perfil financiero de la persona o empresa, es decir, soportadas en el presupuesto y/o ingresos que puedan generarse.
Elegir la mejor opción de financiamiento: es usual que para emprender sea necesario recurrir a un crédito, razón por la cual hay que encontrar una alternativa financiera que permita hacer una buena inversión, pero también que se ajuste a la capacidad de endeudamiento. Es recomendable no excederse sobre el 30% de los ingresos para el pago de obligaciones y compromisos financieros.
Definir presupuesto y cuentas claras: es importante hacer una planeación financiera que contemple los ingresos y gastos para hacer una proyección de las utilidades que puedan obtenerse, aun sabiendo que las ganancias seguramente no se verán reflejadas en un corto plazo. En los egresos se recomienda tener presente costos de operación e imprevistos adicionales. Es clave calcular el ROI (Return on Investment) o retorno de inversión, para definir cuándo recuperará el dinero que está invirtiendo.
Capacitación constante: el aprendizaje debe ser continuo, en línea con los cambios que demanda el mercado y los intereses de los clientes, lo que hoy puede ser exitoso mañana quizá termine siendo obsoleto. Por lo tanto, hay que capacitarse, aprender nuevas habilidades, acorde con las tendencias, en función del crecimiento de la empresa.
Digitalizar el negocio: en un mundo en el que la digitalización está de por medio, hay que considerar estar presente en Internet y no perder la oportunidad de llegar a potenciales clientes que buscan suplir sus necesidades en la web. Para muchos emprendimientos, las redes sociales y las plataformas e-commerce representan el principal canal de venta y fidelización de clientes.