Finanzas abiertas pueden contribuir a aumentar la inclusión financiera en América Latina y el Caribe

Contar con acceso a productos o servicios financieros novedosos que incrementen la competitividad del sector y que suplan la necesidad del cliente es cada vez más demandante.

Un nuevo estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Financial Data and Technology Association (FDATA), señala que la industria de servicios financieros y las autoridades deberían mejorar la regulación y desarrollar la capacidad institucional para recoger los beneficios del concepto “Finanzas abiertas”, con lo cual pueden contribuir a aumentar la inclusión financiera en América Latina y el Caribe, mediante el uso consentido de los datos financieros de los consumidores para ofrecer productos y servicios financieros específicos.

Se destacan como beneficios potenciales de las finanzas abiertas una mayor competencia, mayor inclusión financiera y menores barreras de entrada para los consumidores.

El estudio fue presentado durante la cuarta reunión de la Red FincthcLAC. Los ecosistemas de finanzas abiertas aún se encuentran en sus etapas iniciales en América Latina y el Caribe. Solo cinco países de la región —Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México tienen regulaciones o las están implementando.

“La implementación de un ecosistema de finanzas abiertas es compleja y requiere regulaciones y reglas para operar en beneficio de los consumidores financieros”, dijo Susana Cordeiro Guerra, gerente del Sector de Instituciones para el Desarrollo del BID. Agregó que “los marcos regulatorios apropiados pueden contribuir a organizar a las autoridades financieras, crear alianzas público-privadas para su puesta en marcha y entregar poder sobre los datos a los consumidores financieros. Confiamos en que las finanzas abiertas permitirán a las instituciones financieras obtener mejores condiciones para acceder y utilizar productos financieros con seguridad y eficiencia”.

Por su parte, Richard Prior, director ejecutivo de FDATA Global, dijo que “La regulación adecuada es fundamental para la entrega y evolución saludable de estos nuevos ecosistemas financieros que, por diseño, deberían mejorar el bienestar financiero del consumidor final y apoyar la innovación en un panorama competitivo ético y compatible. Empoderar los productos y servicios que liberan los beneficios inherentes de finanzas abiertas también necesita reglas y pautas claras que brinden protecciones en torno al acceso y uso de los datos propiedad del consumidor”.

El estudio muestra datos interesantes, por ejemplo el 90% de las asociaciones bancarias encuestadas ven las finanzas abiertas como facilitador de una mayor personalización de los productos y de más competencia entre los actores financieros. Los participantes, como las empresas fintech especializadas en finanzas abiertas, ofrecen diversos productos, incluidas capas de conectividad para bancos, agregación de datos o iniciación de pagos.

Según la base de datos Global Findex 2021 del Banco Mundial, el 27% de los adultos en América Latina y el Caribe no tiene acceso a servicios financieros, y la proporción de adultos que solicitan préstamos de una institución financiera alcanzó el 30%, por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE. Además, según la Corporación Financiera Internacional, la brecha de financiamiento para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (mipymes) alcanza el 35% del Producto Interno Bruto regional. En este contexto, las finanzas abiertas ayudarían a avanzar en la inclusión financiera al reducir las barreras de entrada para los consumidores y promover una mayor comodidad y accesibilidad a productos y servicios personalizados, incluidos pagos digitales, crédito, inversión y seguros, destaca el documento.

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