Diversos organismos de las Naciones Unidas piden una acción urgente para proteger a los niños y niñas más vulnerables que viven en los 15 países más afectados por una crisis alimentaria y nutricional sin precedentes.
Los conflictos, las perturbaciones climáticas, los efectos latentes de la Covid-19 y el aumento del costo de la vida están provocando un incremento del número de casos de desnutrición aguda entre la población infantil, mientras los servicios esenciales en materia de salud, nutrición y otras áreas vitales son cada vez menos accesibles. En la actualidad, más de 30 millones de niños y niñas de los 15 países más afectados por la actual crisis alimentaria padecen emaciación esto es, desnutrición aguda y 8 millones sufren emaciación grave, la forma más letal de malnutrición. Se trata de una grave amenaza para la vida de los niños y las niñas y para su salud y desarrollo a largo plazo. Sus efectos se dejan sentir en las personas, las comunidades y los países.
Ante esta situación, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) piden que se aceleren los avances respecto al Plan de Acción Mundial contra la emaciación infantil. Dicho plan tiene como objetivo prevenir, detectar y tratar la desnutrición aguda en los niños y niñas de los países más afectados, que son: Afganistán, Burkina Faso, Chad, Etiopía, Haití, Kenya, Madagascar, Malí, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
El Plan de Acción Mundial aborda la necesidad de un enfoque multisectorial y destaca las acciones prioritarias en materia de nutrición materna e infantil a través de los sistemas de alimentación, salud, agua y saneamiento y protección social. En respuesta al aumento de las necesidades, los organismos de las Naciones Unidas han definido cinco acciones prioritarias que serán eficaces para abordar la desnutrición aguda en países afectados por los conflictos y los desastres naturales y en situaciones de emergencia humanitaria. Ampliar estas acciones en forma de programa coordinado será fundamental tanto para prevenir y tratar la desnutrición aguda en la infancia como para evitar la trágica pérdida de vidas humanas.
Los organismos piden una actuación decisiva y rápida para evitar que esta crisis se convierta en una tragedia para los niños y niñas más vulnerables del mundo, e instan a una mayor inversión en favor de una respuesta coordinada de las Naciones Unidas que satisfaga las necesidades sin precedentes de esta crisis creciente antes de que sea demasiado tarde.
“Es probable que la situación se deteriore aún más en 2023”, ha advertido QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). “Debemos garantizar la disponibilidad, la asequibilidad y la accesibilidad de dietas saludables para los niños pequeños, las niñas y las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia. Tenemos que actuar urgentemente ahora para salvar vidas y atajar las causas profundas de la desnutrición aguda, trabajando juntos en todos los sectores”, ha añadido.
“El sistema de Naciones Unidas está respondiendo de forma conjunta a esta crisis y el Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas contra la emaciación infantil es nuestra iniciativa colectiva para prevenir, detectar y tratar la emaciación a nivel mundial. En ACNUR nos esforzamos por mejorar el análisis y la selección de los beneficiarios para llegar a los niños más vulnerables, incluidos los desplazados internos y las poblaciones refugiadas”, ha declarado por su parte Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
“Las crisis en cascada actuales se están saldando con millones de casos de emaciación infantil y están dificultando el acceso de los niños y las niñas a los servicios esenciales. La emaciación es dolorosa para la infancia y, en casos graves, puede provocar la muerte o daños permanentes en el crecimiento y el desarrollo. Podemos y debemos revertir esta crisis nutricional con soluciones probadas destinadas a prevenir, detectar y tratar la emaciación infantil en una fase temprana”, ha afirmado Catherine Russell, Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).