Alrededor de 138 millones de personas en América viven en zonas con riesgo de transmisión de la malaria y en 2021 el número total de casos alcanzó los 520.000, de acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud.
La malaria es causada por el parásito Plasmodium, que se transmite a través de la picadura de un mosquito Anopheles infectado. La enfermedad es curable pero si no se trata a tiempo puede provocar complicaciones e incluso la muerte.
En lo que transcurre del 2022, en Panamá se contabilizan 4 mil 863 casos de malaria, según datos del departamento de epidemiología de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Salud (Minsa).
El 50% de los casos corresponden a los hombres y las regiones con más casos confirmados son: Guna Yala mil 865 casos, Panamá Este con mil siete casos, Darién con 921, Comarca Ngäbe-Buglé 670, Panamá Norte 125, Panamá Metro 82 y Bocas del Toro tiene 70. Le siguen Panamá Oeste 51, Chiriquí 25, Veraguas 21, Colón 12, San Miguelito 9, Los Santos 3 y Coclé 2 casos.
En el marco del Día contra la Malaria en las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo un llamado a enfocarse en la vigilancia y la respuesta a nivel local para atacar la causa principal de la enfermedad.
El Dr. Massimo Ghidinelli, Director interino de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS, sostuvo que “Para que las Américas se mantengan en el buen camino de la eliminación de la malaria, los países deben adaptar y mantener las intervenciones en función de los datos locales y las tendencias de la enfermedad”. “El contexto lo es todo cuando se trata de la malaria. Las iniciativas generales no tienen en cuenta factores como las poblaciones rurales y la migración, que son importantes factores que impulsan la enfermedad.”
Destacó el especialista que los países también deben trabajar juntos y en todos los sectores, ya que la malaria no es sólo un problema de salud, sino que también está relacionado con la economía, el trabajo y el medio ambiente.
“La migración económica desde las zonas endémicas es un enorme motor de la malaria en nuestra región, y los mosquitos no conocen fronteras”, dijo. “La eliminación sólo puede lograrse si las Américas consolidan sus esfuerzos para lograr la meta Malaria Cero”.