La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica un nuevo informe titulado: Flavour accessories in tobacco products enhance attractiveness and appeal (Los accesorios aromatizantes de los productos de tabaco potencian su atractivo), donde se exponen los métodos utilizados para comercializar aromas y accesorios, como filtros con cápsula y gotas aromatizantes, con el objetivo de eludir la reglamentación y atraer a nuevos consumidores.
Aromas como el mentol, el chicle y el algodón de azúcar enmascaran el sabor áspero de los productos de tabaco y nicotina, y convierten productos tóxicos en un reclamo atractivo para los jóvenes. Los aromas no solo hacen que sea más difícil abandonar el consumo de tabaco, sino que también se han relacionado con enfermedades pulmonares graves. Los cigarrillos, que siguen matando aproximadamente a la mitad de sus consumidores, también se comercializan con aromas añadidos.
“Los aromas fomentan una nueva ola de adicción y deberían estar prohibidos”, declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. “Echan por tierra los avances en el control del tabaco logrados a lo largo de decenios. Si no se toman medidas audaces, la epidemia mundial de tabaquismo, que cada año mata a alrededor de ocho millones de personas, seguirá avanzando impulsada por una adicción disfrazada de aromas atractivos”.
La organización exhorta a los gobiernos a que prohíban con carácter de urgencia todos los aromatizantes en los productos de tabaco y nicotina, como cigarrillos, bolsas, pipas de agua y cigarrillos electrónicos, con el fin de proteger a los jóvenes de la adicción y las enfermedades.
En la actualidad, más de 50 países han prohibido el tabaco aromatizado, más de 40 países han prohibido la venta de cigarrillos electrónicos; 5 han prohibido específicamente los cigarrillos electrónicos desechables y 7 han prohibido los aromas en este tipo de productos. Además los accesorios aromatizantes siguen, en gran medida, sin ser objeto de regulación.
Los aromas son una de las principales razones que empujan a los jóvenes a probar los productos de tabaco y nicotina. En combinación con un empaquetado llamativo y una estrategia de comercialización basada en los medios sociales, han potenciado el atractivo de las bolsas de nicotina, los productos de tabaco calentado y los cigarrillos electrónicos desechables, productos adictivos y nocivos que de este modo se orientan de forma muy activa hacia el público joven.
“Estamos viendo cómo una generación entera se engancha a la nicotina a través de bolsas con sabor a ositos de goma y cigarrillos electrónicos de colores”, denunció el Dr. Rüdiger Krech, Director de Promoción de la Salud de la OMS. “Esto no es innovación, es manipulación. Y debemos ponerle freno”.
Situación en las Américas
Según datos recientes, la Región de las Américas presenta la segunda mayor prevalencia de consumo actual de tabaco entre adolescentes de 13 a 15 años, con un 11,9% en niños y un 10,7% en niñas. Además, es la región con la menor diferencia entre géneros, lo que indica una equiparación preocupante en los patrones de consumo. Paralelamente, se ha observado un aumento en el uso de cigarrillos electrónicos, especialmente entre adolescentes y jóvenes. En este grupo etario, el promedio regional de consumo de estos productos es del 5,4%, una cifra alarmantemente cercana al promedio de consumo de cigarrillos convencionales, que alcanza el 6%.
Frente a esta situación, los países de las Américas han avanzado en la implementación de medidas eficaces para reducir el consumo de tabaco y contrarrestar las estrategias de la industria tabacalera. Diez Estados Miembros han adoptado prohibiciones totales de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco, algunas de las cuales incluyen productos emergentes como los cigarrillos electrónicos; mientras que siete países han prohibido completamente la comercialización de estos últimos.
Como resultado de estos esfuerzos y de la implementación de medidas incluidas en el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), se estima que el número de personas que consumen tabaco en la región ha disminuido de 159 millones en el año 2000 a 129 millones en 2025, lo que representa una reducción del 18,87%. Esta tendencia refleja el impacto positivo de regulaciones ampliamente implementadas en las Américas, como los ambientes 100% libres de humo y las advertencias sanitarias gráficas en los empaques, así como una creciente conciencia sobre los efectos nocivos del tabaco en la salud, la economía y el medio ambiente.

