América Latina y el Caribe impulsan la IA con avances desiguales y desafíos estructurales

La región está acelerando la adopción de Inteligencia Artificial (IA). Según estimaciones de la CEPAL, América Latina y el Caribe concentra el 14% de las visitas globales a soluciones de IA, frente al 11% de su participación en usuarios de Internet. No obstante, esta tendencia se da en un contexto de marcados contrastes a nivel regional. 

El Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA) con el respaldo de la CEPAL, presentó la tercera edición del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2025), el cual mide de manera sistemática el nivel de preparación, adopción y gobernanza de la IA en 19 países de la región. Elaborado a partir de más de 100 subindicadores organizados en tres dimensiones —factores habilitantes; investigación, desarrollo y adopción; y gobernanza—, el informe ofrece un panorama detallado sobre los avances y desafíos que enfrenta América Latina y el Caribe en esta materia. 

El estudio agrupó a los países en tres categorías, según su grado de madurez:

  • Pioneros: Corresponde a los países cuyo puntaje superó los 60 puntos y denota aquellos que han alcanzado una posición de liderazgo y que destacan por sus esfuerzos en áreas clave tales como infraestructura tecnológica, desarrollo de talento especializado, productividad científica y capacidad de innovación. En esta categoría se ubicaron Chile, Brasil y Uruguay.
  • Adoptantes: Corresponde a los países cuyo puntaje se encuentra entre los 35 y 60 puntos y denota un desempeño intermedio, con espacios de mejora en algunos aspectos relevantes que interfieren en el mayor despliegue de la IA. Muchos de estos países cuentan con cierto nivel de infraestructura y avances en talento humano y gobernanza, aunque con una comunidad académica y de innovación más incipientes que requieren de esfuerzos más grandes para potenciar su madurez. En esta categría están: Colombia, Costa Rica, Perú, Panamá, Argentina, México, Ecuador y República Dominicana.
  • Exploradores: Esta categoría comprende a los países cuyo puntaje está por debajo de los 35 puntos y denota estadios de madurez más tempranos. En general, esta situación corresponde a países con menor nivel de infraestructura digital, comunidades académicas y de investigación emergentes, una adopción incipiente y con estructuras básicas de gobernanza para la inteligencia artificial. En esta categoría se situaron: El Salvador, Jamica, Cuba, Paraguay, Guatemala, Honduras y Bolivia.

José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL., sostiene que “El ILIA 2025 confirma que la inteligencia artificial puede convertirse en un motor para superar las trampas del desarrollo de América Latina y el Caribe. Pero, para que ello ocurra, es indispensable articular las políticas de digitalización con las políticas de desarrollo productivo, incluyendo la digitalización productiva de sectores prioritarios, a fin de cerrar las brechas de infraestructura, talento, innovación y gobernanza, al mismo tiempo que se impulsa una cooperación regional que garantice un uso ético, inclusivo y responsable de esta tecnología”.

En tanto, Álvaro Soto, Director ILIA en CENIA, señaló que “los países tienen mucho interés, pero ningún sentido de urgencia. Pese a la abrumadora evidencia del impacto favorable de la IA en la productividad, en los empleos, en la calidad de vida o en la posibilidad de generación de negocios, no se aprecian cambios de tendencia. Más allá de la posición relativa en el ILIA, ningún país supera el promedio del mundo en inversión de IA sobre PIB per cápita, y el promedio regional es que estamos seis veces bajo ese umbral”.

En el ámbito de la inversión, América Latina y el Caribe representa el 6,6% del PIB mundial, pero recibe apenas el 1,12% de la inversión global en IA, lo que restringe las posibilidades de escalar iniciativas productivas, tecnológicas e innovadoras en la región, consigna el reporte elaborado con el apoyo del proyecto Alianza Digital Unión Europea- América Latina y el Caribe (UE–ALC) y de diversas organizaciones académicas, públicas y privadas.

Entre las principales conclusiones del estudio se destacan:

  • El desafío de articular políticas de digitalización con políticas de desarrollo productivo, de modo que la IA se traduzca en productividad, innovación y encadenamientos regionales, pero también en mayor inclusión social, sostenibilidad ambiental y fortalecimiento institucional.
  • Cerrar las brechas de infraestructura, talento y gobernanza, considerando criterios de sostenibilidad y de equidad de género, así como potenciar la cooperación regional, serán claves para que la IA se convierta en un motor de transformación estructural.

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