Una inspección nacional en hospitales del Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social, realizó la Defensoría del Pueblo. El documento detalla algunas fallas estructurales y operativas que abarcan desde deficiencias en limpieza hospitalaria hasta la falta de especialistas y medicamentos.
Personal de la Defensoria del Pueblo visitó centros médicos de Panamá, Chiriquí, Coclé, Darién, Herrera, Veraguas y Bocas del Toro, entre otras provincias, se verificó que los servicios de apoyo, como lavandería, manejo de residuos y limpieza, no cumplen con los estándares de bioseguridad requeridos.
En hospitales como Nicolás A. Solano y el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, se detectaron carencias graves en dotación de personal, equipos obsoletos y productos químicos sin rotulación, lo que representa un riesgo inminente para pacientes y trabajadores.
Otros hallazgos detallados del informen señalan:
- Escasez de medicamentos, insumos quirúrgicos y reactivos de laboratorio: en algunos hospitales, apenas se abastece un 25% de lo requerido, obligando a pacientes a costear tratamientos en farmacias y laboratorios privados.
- Falta de especialistas médicos: En varias provincias, los hospitales apenas cuentan con un especialista en neonatología, anestesiología y psiquiatría. En turnos nocturnos o de madrugada no hay cobertura.
- Déficit de personal de enfermería y técnicos: En múltiples centros hospitalarios, las enfermeras deben asumir dobles turnos y jornadas superiores a 24 horas, lo que eleva el riesgo de errores y compromete la seguridad del paciente. A esta sobrecarga se suma la falta de equipos en buen estado y la saturación de salas de urgencias, donde pacientes esperan en condiciones indignas.
- Área de hemodiálisis: Mientras algunos hospitales cuentan con salas adecuadas y número suficiente de máquinas, otros apenas logran cubrir la demanda con infraestructura limitada y personal insuficiente.
La Defensoría del Pueblo exigió la implementación inmediata de medidas urgentes, como auditorías conjuntas, abastecimiento de medicamentos, refuerzo de personal y reparación de equipos hospitalarios. “Las deficiencias reflejan una desconexión estructural entre lo que se declara en contratos, dotaciones y planes, y la realidad operativa en los hospitales. Las condiciones observadas generan riesgos sanitarios, administrativos y financieros de alto impacto, que afectan tanto a pacientes como al personal médico”, indica el informe.