En América Latina y el Caribe se reportan más de 57.000 casos de mordeduras de serpientes cada año, aunque es probable que el número real sea mayor debido al subregistro en zonas remotas con acceso limitado a servicios de salud.
De acuerdo con una reciente encuesta de Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (PANAFTOSA), realizada en las Américas, los casos de envenenamiento por escorpiones y arañas aumentaron significativamente entre 2021 y 2024, con un promedio de 198.647 y 48.345 casos por año, respectivamente. Los incidentes por mordeduras de serpientes y orugas se mantuvieron estables en 10,9 y 1,2 por cada 100.000 habitantes, pero aun así superaron las cifras de años anteriores.
Cada año, solo las mordeduras de serpientes afectan a 5,4 millones de personas en todo el mundo, causando más de 80.000 muertes y dejando a tres veces más personas con discapacidades.
Ante este escenario la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a través de su Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (PANAFTOSA), y con el apoyo de Wellcome Trust, organizó la Primera Reunión Regional de Programas de Accidentes por Animales Venenosos (REDPEVA), en el Instituto Butantan en São Paulo, Brasil.
El doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS, subrayó la necesidad urgente de una respuesta unificada para evitar “muertes y discapacidades prevenibles” causadas por envenenamiento de animales ponzoñosos.
De acuerdo con el director de la OPS, el cambio climático está agravando el problema al modificar los patrones ecológicos y exponer a nuevas comunidades a especies venenosas. “Esto exige una respuesta regional coordinada y sostenida, basada en el enfoque de Una Sola Salud”, instó, destacando la necesidad de colaboración entre los sectores de la salud humana, animal y ambiental.
Muchos sobrevivientes quedan con discapacidades permanentes, como amputaciones, condiciones neurológicas y psicológicas, que con frecuencia derivan en la pérdida de empleo y una disminución de la productividad. Las consecuencias económicas y para la salud también son significativas, particularmente para las poblaciones vulnerables, y ejercen una presión considerable sobre los sistemas de salud pública.
REDPEVA: Un plan de acción
La reunión de REDPEVA sentó las bases para una hoja de ruta regional con prioridades claras: construir una red de colaboración para compartir conocimientos, usar tecnología para mapear áreas de alto riesgo, estandarizar la vigilancia y mejorar el acceso a los antivenenos.
PANAFTOSA también presentó nuevas directrices para el manejo de envenenamiento por serpientes y un curso virtual de capacitación para dotar de habilidades esenciales a los trabajadores de la salud.
Este esfuerzo regional se alinea con el impulso mundial para abordar el envenenamiento por mordedura de serpiente, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las enfermedades tropicales desatendidas más letales. En 2018, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó por unanimidad una resolución que insta a los Estados Miembros a reducir en un 50% las muertes por mordedura de serpiente para 2030. Al año siguiente, la OMS lanzó su Estrategia Mundial para la Prevención y el Control del Envenenamiento por Mordedura de Serpiente.