El trabajo infantil sigue afectando a 138 millones de niños en el mundo, señala informe de la OIT

Cerca de 138 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil en 2024, de los cuales 54 millones realizan trabajos peligrosos que pueden poner en riesgo su salud, seguridad o desarrollo, según las nuevas estimaciones mundiales del informe titulado: Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2024, tendencias y el camino a seguir, publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia ( UNICEF).

Datos del informe señalan que la agricultura sigue siendo el mayor sector de trabajo infantil, con el 61% de todos los casos, seguido de los servicios 27%, como el trabajo doméstico y la venta de productos en los mercados, y la industria 13%, incluidas la minería y la fabricación.

América Latina y el Caribe lograron una reducción relativa del 8% en la prevalencia y una disminución del 11% en el número total de niños en situación de trabajo infantil, mientras que Asia y el Pacífico lograron la reducción más significativa de la prevalencia desde 2020, con un descenso de la tasa de trabajo infantil del 5.6% al 3.1% (de 49 millones a 28 millones de niños).

En tanto, África subsahariana sigue soportando la carga más pesada, con casi dos tercios de todos los niños en situación de trabajo infantil, unos 87 millones. Aunque la prevalencia se redujo del 23.9% al 21.5%%, el número total ha permanecido estancado en un contexto de crecimiento demográfico.

El análisis hecho muestra una reducción total de más de 22 millones de niños desde 2020, revirtiendo un alarmante repunte entre 2016 y 2020. A pesar de esta tendencia positiva, el mundo no ha alcanzado su objetivo de eliminar el trabajo infantil para 2025. 

El Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo., señaló que “Las conclusiones de nuestro informe ofrecen esperanza y muestran que el progreso es posible. Los niños deben estar en la escuela, y no en el trabajo. Los propios padres deben recibir apoyo y tener acceso a un trabajo decente que les permita que sus hijos estén en la escuela y no vendiendo cosas en los mercados o trabajando en las granjas familiares para ayudar a mantener a su familia. Pero no debemos cegarnos, aún nos queda un largo camino por recorrer antes de alcanzar nuestro objetivo de erradicar el trabajo infantil.

Por su parte, la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. afirmó que “El mundo ha hecho progresos significativos en la reducción del número de niños obligados a trabajar. Sin embargo, demasiados niños siguen trabajando en minas, fábricas o campos, a menudo realizando trabajos peligrosos para sobrevivir”. “Sabemos que es posible avanzar hacia la erradicación del trabajo infantil aplicando salvaguardias jurídicas, ampliando la protección social, invirtiendo en educación gratuita y de calidad, y mejorando el acceso de los adultos a un trabajo decente. Los recortes en la financiación mundial amenazan con hacer retroceder los logros conseguidos con tanto esfuerzo. Debemos volver a comprometernos a garantizar que los niños estén en las aulas y en los patios de recreo, no trabajando”.

Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, de 246 millones a 138 millones, pero las tasas actuales siguen siendo demasiado lentas, y el mundo no ha alcanzado el objetivo global de eliminación para 2025. Para acabar con él en los próximos cinco años, las tasas actuales de progreso tendrían que ser 11 veces más rápidas.

Para acelerar el progreso, UNICEF y la OIT instan a los gobiernos a:

  • Invertir en protección social para los hogares vulnerables, incluyendo pisos de protección social como las prestaciones universales por hijo, para que las familias no recurran al trabajo infantil. 
  • Reforzar los sistemas de protección infantil para identificar, prevenir y responder a los niños en situación de riesgo, especialmente a los que se enfrentan a las peores formas de trabajo infantil. 
  • Proporcionar acceso universal a una educación de calidad, especialmente en las zonas rurales y afectadas por la crisis, para que todos los niños puedan aprender. 
  • Garantizar el trabajo decente para adultos y jóvenes, incluido el derecho de los trabajadores a organizarse y defender sus intereses. 
  • Hacer cumplir las leyes y la responsabilidad empresarial para acabar con la explotación y proteger a los niños en todas las cadenas de suministro.

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