Estudio revela una situación de seguridad ciudadana compleja y en evolución en Panamá

Los principales hallazgos del informe de Panamá, ¡cuéntame! relacionados a la Seguridad Ciudadana reflejan una situación de seguridad compleja y en evolución en Panamá, con incrementos preocupantes en delitos como estafas, femicidios y violaciones, así como una reconfiguración de la criminalidad organizada y las pandillas.

Aunque la tasa de homicidios ha disminuido en 15 años, el reciente repunte genera preocupación. Además, se mantiene un alto registro de denuncias por casos de violencia doméstica, siendo en su mayoría las mujeres las más afectadas por este delito, con más de 100,000 denuncias en los últimos 6 años (2019 al 2024).

De acuerdo con el análisis hecho, se detectó que de 1991 hasta el 2024 los delitos denunciados en el Sistema Penal Acusatorio (SPA) se cuadruplicaron,; es decir, que la tasa de delitos denunciados por cada 100 mil habitantes pasó de 998.1 delitos en 1991 a 2,335.6 delitos denunciados en 2024. De un promedio de 69 delitos por día en 1991 se pasó a registrar un promedio de 289 delitos por día.

En tanto, los delitos contra el patrimonio económico (31%), contra el Orden Jurídico Familiar y el Estado Civil (22%), contra la Seguridad Colectiva (17%) y contra la Vida y la Integridad Personal (13%) concentran el 83% del total de los delitos denunciados.

El informe señala además que Panamá redujo su tasa de homicidios en 10 puntos porcentuales entre los años 2009 y 2024, aunque en los últimos 3 años el indicador aumentó a 13 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Sin embargo, a nivel regional, la tasa de homicidios de América Latina y el Caribe es de 20.2 por cada 100 mil habitantes. Para el 2024, siendo Islas Turcas y Caicos (103.1) en el Caribe y Ecuador en América Latina (38.8) las que presentan las mayores tasas de homicidios en estas regiones. Mientras que República Dominicana (9.6) y El Salvador (1.9), representaron las tasas más bajas en la región.

Pese a eso, a nivel provincial del país, la provincia de Colón tiene la mayor tasa de homicidios del país (39.0 por cada 100,000 habitantes), superando a países como Honduras (31.1), Colombia (25.4) y Venezuela (26.2) por cada 100 mil habitantes e inclusive igualando a Ecuador (38.8 por cada 100 mil habitantes).

Con respecto a la violencia contra las mujeres, un total de 244 mujeres fueron asesinadas por razones de género en Panamá desde 2014, de los cuales el 63% del total de los femicidios fueron cometidos con armas de fuego y arma blanca.

De acuerdo con cifras del Ministerio Público del año 2024, la mayoría de las muertes de mujeres por razón de género en Panamá ocurrieron en el ámbito de las relaciones de pareja vigentes o finalizadas (exparejas). Un 70% de los femicidios ocurrieron entre las edades de 18 a 39 años.

Por otro lado, el delito de violencia doméstica mantiene niveles altos de denuncias, con más de 100,000 denuncias en los últimos 6 años (2019 al 2024), aunque se registró una disminución de las denuncias del 8% entre los años 2019 y 2024.

Cerca del 80% de las victimas por violencia doméstica en los últimos años han sido mujeres y factores como la masculinidad, los patrones culturales en el hogar y la impunidad han incidido en el perfil del agresor en este delito.

La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) y los aliados del observatorio Panamá, ¡cuéntame!, presentaron el VII informe de Calidad de Vida, con el objetivo de analizar de manera integral los principales indicadores estadísticos relacionados con el crimen y la violencia en Panamá, abordando tanto aspectos objetivos como las percepciones de la ciudadanía. Se sustenta en datos de fuentes oficiales nacionales e internacionales dentro del período 2019-2024.

Juan Arias, presidente de este gremio empresarial, expresó que, la seguridad ciudadana es mucho más que un asunto de control del crimen; es un componente esencial del bienestar humano. Su promoción exige instituciones sólidas, sistemas judiciales eficaces, políticas públicas bien articuladas, y una sociedad civil empoderada. Pero también demanda un sector privado ético, vigilante y comprometido con el desarrollo del país en el marco del respeto a la ley.

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